
Las brujas que robaban penes durante la Edad Media
En la antigüedad las personas de sexo masculino se han preocupado de forma excesiva por el cuidado de su miembro viril. Este cuidado y temor entre hombres por la perdida o daño que pudiera sufrir su pene se incrementó a niveles de terror durante la Edad Media en Europa central.
Durante los siglos XV y XVI se desató el pánico entre los hombres del campo debido al robo de penes por parte de brujas, quienes iban por doquier desmembrando el miembro viril a los más incautos.
Para esa época las personas realmente creían en este tipo de magia o poder, y más aún cuando este tipo de información era difundida por personas cultas y de confianza como lo eran los integrantes de la iglesia.
De hecho, existe un libro que fue la base de todo este pánico y terror sobre el robo de penes. Dicho libro fue escrito por un clérigo y un monje dominico, nos referimos al "Malleus Maleficarum".
El Malleus Maleficarum
El nombre del libro significa "Martillo de las Brujas" en latín, y fue co-escrito por un clérigo alemán de nombre Heinrich Kramer y por un monje dominico llamado Jakob Sprenger. El texto fue publicado en el año 1487 en Alemania, y se convirtió en el libro de referencia de los inquisidores de la época.
En el libro sus autores describen diversos ejemplos de brujería relacionados principalmente con la sexualidad y la salud reproductiva de la mujer. Así mismo, tratan casos de relaciones sexuales entre féminas e íncubos, el uso de plantas para producir abortos, y por supuesto de pactos con demonios.
Por otro lado, el tratado dedica varios capítulos al caso de las brujas que roban penes. De acuerdo al "Malleus Maleficarum", eran muchas las mujeres que pactaban con el diablo para poseer la capacidad o habilidad de desaparecer miembros viriles. Incluso, algunas de estas mujeres conservaban los falos masculinos para cuidarlos y alimentarlos como sus mascotas.
También cuenta el libro, que las brujas roba penes los depositaban en nidos de aves y los mantenían con vida dándoles avena y otros cereales para comer: “Las brujas recogen órganos masculinos en grandes cantidades, entre 20 o 30 miembros cada vez, y los ponen en un nido de pájaros, o los encierran en una caja. Los mantienen vivos, alimentándolos con avena y maíz, como han observado muchos testigos”.
El texto también narra diversas interacciones con las brujas, donde se indica que estas mujeres eran capaces de borrar el pene de los hombres con el uso de su magia. En el tratado se puede leer que las supuestas brujas podían “quitar el órgano masculino ocultándolo sin necesidad de despojarlo del cuerpo”. Como añadidura, el tratado describe al árbol de penes cuyos frutos eran falos.
Según el "Malleus Maleficarum", las brujas podían desaparecer penes, mantenían algunos en nidos y los alimentaban con avena. Los analistas generalmente catalogan al "Malleus Maleficarum" como un libro irracional y misógino, que desafortunadamente sirvió como base para una gran cantidad de asesinatos de mujeres culpadas de brujería. Frances Hill en su libro "The Salem Witch Trials Reader", describe el tratado como “uno de los libros más terribles y desagradables que se han escrito”.
Por su parte, la folclorista Moira Smith en su revista "Penis Theft in the Malleus Maleficarum" (El robo del pene en el Malleus Maleficarum), señala que el libro está lleno de obvias ansiedades por el deseo sexual de la mujer: “Muchos de los crímenes (maleficia) que se le atribuyen a las brujas son cuestión de sexualidad: copular con demonios íncubos, provocar abortos, causar esterilidad y obstaculizar las relaciones sexuales entre marido y mujer”.
El "Malleus Maleficarum" sirvió como base para calcinar vivas a más 60.000 mujeres acusadas de ser brujas. En el libro se puede leer: “Toda brujería proviene de la lujuria carnal, que en las mujeres es insaciable”. Frase que hoy en día deja muy claro el temor que se sentía hacia la sexualidad femenina.
Casos de penes robados en la Edad Media
En el "Malleus Maleficarum" se detallan tres casos en los que las brujas habían privado a los hombres de sus penes con el uso de la magia. Los dos primeros casos se tratan de dos hombres que tenían sus genitales desaparecidos o escondidos a causa de alguna ilusión o magia de las brujas. En el texto se lee: “pueden quitar el órgano masculino”, “no realmente despojándoselos del cuerpo, pero sí ocultarlos con cierto glamour”.
El tercer caso narra la fabulosa historia de cómo las brujas conservaban a los penes como mascotas o animales de compañía, y les daban avena como alimento: “¿Qué vamos a pensar de esas brujas que de alguna manera tienen miembros en grandes cantidades, veinte o treinta, y los encierran juntos en un nido de pájaros o en alguna caja, donde se mueven como miembros vivientes, comiendo avena y otros alimentos? Esto lo han visto muchos y es un tema común de conversaciones. Se dice que está todo hecho por obra del diablo”.
En el libro también se cuenta el caso de un hombre que trata de recuperar sus genitales perdidos: Por su cuenta, el pobre, con el miembro castrado, “se acerca a una bruja”, la cual le dice que “trepe a un árbol en concreto donde los nidos contienen varios miembros, y le permite que coja el que él quiera”. Pero para infortunio del hombre es rechazado ya que trató de tomar uno muy grande que pertenecía a un cura.
El mito de los penes robados a lo largo de la historia
El caso de las brujas roba penes tuvo repercusión en diferentes países, y han sido diversas las representaciones que a lo largo de la historia se han encontrado con referencia a esta creencia de la Edad Media.
En el año 2000 arqueólogos hallaron una representación gráfica e inequívoca del árbol de penes. Se trata de un mural inmenso del siglo XIII ubicado en la Toscana - Italia. El mural muestra un árbol plagado de órganos sexuales masculinos de gran tamaño y excitados.
Según el historiador Mattelaer: “En la base del árbol destacan ocho mujeres, dos de los cuales parecen estar luchando por un pene y una de los cuales está tratando de quitar uno de una rama con un palo. Junto a ellas hay otra mujer que parece estar menos involucrada, pero que, en una inspección más cercana, tiene uno de los frutos del árbol que sobresale por la parte inferior”.
Por su parte, George Ferzoco - Director del Centro de Estudios de la Toscana, señala que el mural es: “la primera representación de arte de las mujeres que actúan como brujas”, aludiendo al antiguo folclore toscano.
En el 2010 el historiador Johan J. Mattelaer publicó un artículo en el Journal of Sexual Medicine, donde indica: “entre el final del siglo XIII y principios del siglo XVI, el árbol de falos era un fenómeno”. Los árboles de penes llegaron a florecer en toda Europa; según lo investigado por el historiador, un manuscrito de origen francés del siglo XIV cuenta con dos imágenes de monjas recolectando penes de los árboles e introduciéndolos entre sus hábitos.
También se ha encontrado una talla de inicios del siglo XV que actualmente se ubica en un museo de Alemania, en la cual se representa a una mujer cosechando penes del árbol, mientras su amante observa con detenimiento un árbol vulva. Así mismo, existe una placa decorativa en los Países Bajos la cual presenta a una pareja teniendo relaciones sexuales bajo un árbol de penes.
Las creencias erradas como el caso de las brujas roba penes tuvieron gran repercusión en la historia y en la vida de miles de personas, especialmente de la mujeres que murieron a manos de los inquisidores.
Cristina

Anuncios destacados
Artículos relacionados
Deja un comentario

Es interesante este articulo. Creo que mas bien era una manera de enjuiciar falsos a las mujers que tenian avilidades, de un conocimiento mas profundo en las ciencias y por supuesto con magia para hacer curaciones. Te pueden quitar el poder viral pero hacertelo desaparecer como tal no. Responder →