
El misticismo detrás de la llegada del Espíritu de la Navidad: leyendas y ritual de apertura
Son muchas las historias que involucran el origen de la Navidad, su misticismo y sobre todo, su importancia para gran parte de la cultura humana. Celebrar la llegada del Espíritu de la Navidad es una antigua y bella costumbre llevada a cabo por diferentes países europeos y americanos, una historia que nos une y que mantiene viva las raíces de una tradición que nunca muere.
Es importante destacar que la llegada del Espíritu de la Navidad es una celebración un tanto diferente al nacimiento de Jesús, el 25 de diciembre. La llegada del Espíritu de la Navidad hace referencia al personaje relacionado al mito solar del solsticio de invierno, conocido en España como Papá Noel, Tío de Nadal en Cataluña, el Olentzero para los valles vascos y navarros y el Apalpador para algunas zonas de Galicia.
Y aunque la sincretización hecha por el cristianismo permitió que ambas fechas, tanto la llegada del espíritu navideño y el nacimiento de Jesús, tuviesen un mismo valor y renombre, en este artículo abordaremos el significado de este Espíritu Navideño y los rituales rodean su celebración.
La llegada del Espíritu de la Navidad el 21 de diciembre según distintas culturas
Al igual que muchas de nuestras celebraciones más significativas, la llegada del Espíritu de la Navidad coincide con un evento astronómico de gran importancia: el solsticio de invierno o como se conoce en el mundo espiritual, la llegada de la luz hacia la oscuridad.
Este día es el más corto del año y en consonancia es también la noche más larga y con mayor oscuridad. La Tierra se encuentra más inclinada respecto al Sol quien a su vez se ubica en su punto más bajo en nuestro cielo, cuya inclinación es exactamente de 23º sur, justo encima del trópico de capricornio.
Yule o el nacimiento del Dios Sol, según los druidas
Yule era el renacer de la esperanza, la llegada de la luz y el principio de la cosecha. Tenía una energía especial para cualquier tribu pagana que aún se mantiene hasta nuestros días.
Para los paganos, en especial los druidas, el solsticio de invierno se corresponde con una de las celebraciones más importantes durante el año celta: Yule, o el nacimiento de Cernunnos, el dios Sol. Este término indoeuropeo era usado para designar el retoñar de las plantas, el final del invierno y la reaparición del sol, por tanto solía tener mayor transcendencia entre las fiestas paganas.
Yule era el renacer de la esperanza, la llegada de la luz y el principio de la cosecha. Tenía una energía especial para cualquier tribu pagana que aún se mantiene hasta nuestros días. Durante Yule, un anciano de barbas y cabellos blancos recorría la última nevada de invierno, repartiendo regalos en toda la provincia.
La llegada del arcángel Uriel a la tierra, según la angelología cristiana
Un ser poderoso y evolucionado, se compadeció de esta situación y se materializó en este plano, cambiando la percepción del mundo a su alrededor. Dejó grandes enseñanzas sobre el amor en familia, la bondad, la unión y la esperanza.
Cuenta la leyenda que hubo en la tierra un invierno tan largo que duró siglos y siglos. La humanidad se encontraba perdida en esta oscuridad, sin poder resurgir de las cuevas, sobreviviendo a duras penas ante las inclemencias frío.
Sin embargo, un ser poderoso y evolucionado, se compadeció de esta situación y se materializó en este plano, cambiando la percepción del mundo a su alrededor. Dejó grandes saberes sobre el amor en familia, la bondad, la unión y la esperanza.
Se dice que esta presencia, no solo trajo consigo la luz y la llegada del Sol, otorgó a los humanos regalos físicos y espirituales, por medio de sus enseñanzas.
Este ser de otra dimensión era el Arcángel Uriel, en su primera venida a la tierra, la cual sostienen algunas hipótesis coincide con el solsticio de invierno, el 21 de diciembre. Se dice que esta presencia, no solo trajo consigo la luz y la llegada del Sol, otorgó a los humanos regalos físicos y espirituales, por medio de sus enseñanzas.
Con el correr de los años, esta venida se convirtió en una leyenda y en una tradición, celebrar la llegada de su espíritu durante el solsticio de invierno.
El espíritu de la navidad: un egrégor eterno y poderoso según la metafísica
Se alimenta del calor humano y de los sentimientos que surgen del corazón bondadoso de la humanidad, clásicos de esta época.
Un egrégor es una entidad psíquica autónoma creada por el poder del pensamiento colectivo humano, el cual puede tomar forma e influir de forma significativa en el sentir de toda una comunidad; llegando a permanecer intacto de generación en generación y puede además ser invocado en una fecha específica.
Este egrégor en particular reaparece cada año el 21 de diciembre, siendo uno de los más fuertes y constantes conocidos por la consciencia humana.
Se dice que el espíritu de la navidad es un egrégor antiguo y de gran transcendencia que permanece atado al espíritu humano, trayendo consigo deseos de paz, unión, amor y felicidad que son reflejados a través de la dinámica de esta fecha.
Se alimenta del calor humano y de los sentimientos que surgen del corazón bondadoso de la humanidad, clásicos de esta época. Este egrégor en particular reaparece cada año el 21 de diciembre, siendo uno de los más fuertes y constantes conocidos por la consciencia humana.
Ritual de apertura para recibir al espíritu de la Navidad en nuestro hogar
Cada año, el 21 de diciembre a las 12:00 a.m. debe ser realizado este ritual para recibir al espíritu navideño en nuestro hogar. Este ritual es un poderoso imán para atraer la prosperidad, la armonía y la unión a nuestra familia y para lograr que nuestros caminos permanezcan abiertos y sin obstáculos.
Necesitarás:
- Inciensos de mandarina
- 3 velas azules y 2 velas doradas o amarillas
- Carbones pequeños
- Una bandeja de aluminio pequeña o un caldero de metal capaz de soportar calor
- Romero, ruda y canela en polvo
- Flores de Poinsettia, muérdago y algunos piñones (frutos del pino)
- Una canasta tejida
- 3 manzanas y 2 mandarinas
- Una hoja de papel con tus deseos escritos en ella
La bienvenida del espíritu navideño al hogar debe ser simbólica en su totalidad, por tanto, durante la realización de este ritual de apertura las puertas y ventanas deben permanecer abiertas.
¿Cómo llevar a cabo este ritual?
Después de abrir las puertas y ventanas, coloca los inciensos de mandarina distribuidos en toda la casa de manera que su perfume, pueda envolver a tu hogar. En medio de la mesa, colocarás este pequeño altar para dar la bienvenida al espíritu navideño, armado de la siguiente manera:
- Enciende las velas azules y amarillas y crea con ellas un semicírculo.
- Rodea este semicírculo con las flores de Poinsettia, el muérdago y los piñones.
- Dentro del semicírculo hecho con las velas, coloca la canasta tejida con las manzanas y las mandarinas en su interior. Esta es una ofrenda para “alimentar” al espíritu de la navidad cuando entre en nuestra casa.
- Justo en frente de la canasta, colocarás la bandeja de aluminio o el caldero, el cual debe contener los carbones encendidos. Poco a poco, comienza a quemar el romero, la ruda y la canela, concentra tu mente en apartar los malos recuerdos y sentimientos tristes, dejando todo aquello que te ha hecho daño atrás mientras repites la siguiente oración:
“Tú eres la luz, eres el calor, eres el fuego que nace en mi alma. Te invito espíritu cálido a esta cena, entra en mi hogar, ilumina mi vida, ayúdame a cumplir estos bellos deseos.
Amén que así sea”.
- Finalmente, quema la hoja de papel con tus deseos anotados en ella para que se vuelvan realidad.
Este ritual es ideal repetirlo cada año, de manera que el Espíritu de la Navidad reine en tu hogar y en tu familia.
Rose
