
Síndrome de desgaste por empatía ¿Te preocupas demasiado por los demás?


Solemos escuchar que la empatía es algo bueno, ya que no todo el mundo tiene la capacidad ponerse en los zapatos de los demás y entender lo que sienten. Esta capacidad mejora enormemente nuestras relaciones y comunicación, pero ¿qué ocurre cuando eres una persona demasiado empática? ¿Puede llegar a afectar tu propia mente?
Sigue leyendo para descubrir si estás preocupándote demasiado por los otros y enfermándote tú mismo.
¿Qué es el síndrome de desgaste por empatía?
El síndrome de desgaste por empatía, también conocido como fatiga por compasión, es un tipo de estrés que surge como consecuencia de la empatía y del compromiso emocional.
Este concepto fue introducido en 1995 por Charles Figley, director del Traumatology Institute at Tulane University (New Orleans). Él observó que los profesionales de la salud que trabajaban con personas traumatizadas podían experimentar efectos del trauma que padecían los pacientes.
El síndrome de desgaste por empatía, también conocido como fatiga por compasión, es un tipo de estrés que surge como consecuencia de la empatía y del compromiso emocional. En práctica, se debe a un intenso deseo de aliviar el dolor o resolver el problema de la persona que sufre, sin poder gestionar el dolor propio que eso ocasiona.
Cualquier persona con alta sensibilidad a los problemas de los demás puede experimentar este síndrome.
Esta fatiga ocurre sobre todo en profesionales de la salud, trabajadores sociales o psicólogos, porque están en constante contacto con personas que están sufriendo o han sufrido experiencias altamente estresantes, pero cualquier persona con alta sensibilidad a los problemas de los demás puede experimentar este síndrome.
Signos de la fatiga por compasión
Para saber si una persona sufre un exceso de empatía, es necesario que sepamos que existe una diferencia entre la sensibilidad emocional y la “híper-sensibilidad” patológica, los signos de alerta de esta última suelen ser:
- La persona revive repetidamente las situaciones traumáticas que han vivido los demás, ya sea a través de flashbacks, durante sus sueños o simplemente no se las logra sacar de la cabeza.
- Cuando la mente se satura no puede seguir asimilando tanto dolor y sufrimiento, por lo que se distancia emocionalmente de la realidad. Se experimenta irritabilidad, frustración y la sensación de desconexión emocional, como si todo fuera ajeno, lo cual termina afectando la capacidad de disfrute y la relación con los demás.
- Con el tiempo la fatiga se puede convertir en ansiedad, lo que provoca dificultades para dormir, problemas para concentrarte, baja productividad, una exaltación extrema ante estímulos pequeños, e incluso ataques de pánico.
- En casos extremos, pueden aparecer de otros trastornos relacionados con la compulsión o el psicoticismo.
- Cambios de humor que van desde la felicidad absoluta hasta un profundo abatimiento.
- Deseo de resolver los problemas de los demás porque se consideran, consciente o inconscientemente, personas valiosas. Se validan haciendo favores o promoviéndolos. Si alguien no quiere su ayuda se sienten rechazados o muy tristes.
¿Cómo evitar la fatiga por compasión?
Si consideras que puedes estar sufriendo a punto de sufrir el síndrome de desgaste por empatía, presta atención a las siguientes maneras de evitarlo:
- Realizar actividades recreativas que ayuden a desconectar la mente puede ayudar a proteger el equilibrio emocional, reducir el estrés, la frustración y las preocupaciones innecesarias.
- Tener presentes las técnicas de relajación o de meditación. Practicar la meditación mindfulness o técnicas de relajación permite “recargar” la batería emocional y estimulan un estado de paz interior.
- Conocer y evitar situaciones con altos niveles de estrés y que llevan a la vulnerabilidad. De no poder evitarlas, aplicar estrategias de afrontamiento que ayuden a dejar ir las emociones que pueden dañarte.
- Aprender a desarrollar una distancia psicológica de los problemas, tanto de los propios como de los ajenos, lo cual no significa ser egoísta sino asumir una actitud que permita lidiar con las situaciones de la mejor manera posible.
- Por último, es muy importante saber pedir apoyo en cuanto la sintomatología parezca fuera de lo normal. Si sospechas que estás sufriendo del síndrome de desgaste por empatía, pide ayuda profesional.
Ser excesivamente sensibles a los problemas de los demás es peligroso para nuestra salud emocional.
La empatía es una cualidad imprescindible para nuestras relaciones sociales. Ser capaces de ponernos en el lugar del otro y experimentar sus sentimientos nos permite comprender su situación y ayudarle de la mejor manera posible. Sin embargo, ser excesivamente sensibles a los problemas de los demás es peligroso para nuestra salud emocional.
No podemos olvidar que la empatía excesiva no solo genera malestar, sino que nos separa de nosotros mismos y del propio mundo.
Y tú ¿te preocupas demasiado por los demás?

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